Lejos, entre distante y confinante él se acerca para ver.
Cerca, entre próxima y displicente ella pregunta por él.
Lentamente ingresan al salón, ella por la puerta chica, él por la escalera de un solo escalón.
Entre galanterías y tragos ella disfraza con cadencia su andar.
Entre copas y bufonerías él sólo se sienta a observar.
Transitan los mismos túneles, al fin y al cabo comparten más de un lugar, y como jugando a las escondidas se miran pero no se ven.
Ella, sentada en su rincón, observa su caminar que como sombra de rocío deja un destello en el mar.
Él, parado entre la gente, duerme con la canción, mientras sueña con la luna de ayer que ya se escondió.
Caricias, besos, abrazos, silencios que callan para sincerar.
Cuerdas, miradas, ciencias, cartas borradas que ya no se escribirán.
Entre cuentos de hadas y calabazas sin cortar, la noche los encuentra dormidos, él en la cama y
ella en el sofá.
La noche ha amanecido y aquellas ventanas ya no se abrirán, sólo quedan algunas cenizas, tal vez alguna que otra historia por contar: Carcajadas que ya no lloran, lágrimas que tímidamente reirán.
Y entre tanto y tanto, una esquela en Sol mayor se estremece al encontrar una punta ya sin tinta y un papel de borrador.
2 comentarios:
Sos la mejor .
Sos la mejor .
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