Ya es tiempo de detenerse,
mirar tu voz, reirle al sol
porque mientras esquivas mi sonrisa
yo rio para lograr dormir.
Y es que el tiempo ya ha pasado,
no puede más detenerse el viento.
La piel desgarrada me ha contado
que el jazmín ha suspirado.
Lágrimas recorren la habitación
-¡fuera, este no es su festín!-
antes de marchar, lastiman como punzón
dibujando tu voz para no morir.
Es que ya no quiero convencer al viento
ni quiero agua si no es alimento
pero sí quiero que el querer me invada
para ya no llorarle a la luna, enamorada
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